INFECCIÓN DE ORINA (ITU O INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO) EN ADULTOS
La infección relacionada con el tracto urinario (riñones, uréteres, vejiga o uretra) puede afectar a personas de cualquier sexo y edad

La infección relacionada con el tracto urinario (riñones, uréteres, vejiga o uretra) puede afectar a personas de cualquier sexo y edad. Se ve una predominancia clara en mujeres de edad adulta, por lo demás sanas, y también se puede ver en pacientes con algunos factores de riesgo como: anomalías genitourinarias, inmunodeficiencias, diabetes, pacientes portadores de sonda vesical, etc.
Anatomía del sistema urinario
Los seres humanos tenemos dos riñones situados en la parte posterior del abdomen, que son los encargados de filtrar las toxinas y deshechos de nuestra sangre. Fabrican la orina que es emitida hacia unos tubos, los uréteres , que descienden por el abdomen hasta la vejiga.
Una vez en la vejiga la orina se acumula durante varias horas. Cuando la vejiga está llena sentimos la necesidad de orinar, y en el momento de hacerlo la orina alcanza el exterior a través de la uretra. Las diferencias anatómicas de la uretra entre hombre (uretra larga) y mujer (uretra corta) condicionan que la infección urinaria se produce más fácilmente en mujeres que en hombres, por lo que se explica a continuación.
¿Cómo se produce una infección de orina?
El mecanismo más frecuente es la contaminación de la piel cerca de la uretra (por donde se emite la orina) por microorganismos que provienen del intestino, principalmente bacterias . En algunos casos (mujeres activas sexualmente) los gérmenes pueden provenir también de los genitales de su pareja sexual.
Cuando estos patógenos consiguen ascender por la uretra hasta la vejiga, afectan a las células que la recubren, dando lugar a la cistitis (infección localizada en las vías bajas). Si consiguen esquivar las defensas naturales (sistema inmunitario) pueden ascender por un uréter hasta el riñón y ocasionar daños en el tejido renal, lo que es potencialmente más grave: pielonefritis (infección localizada en las vías altas).
Además, desde ahí podrían vencer la barrera natural entre los tubos que transportan la orina dentro del riñón y la sangre, causando una infección en la propia sangre ( bacteriemia ) que puede llegar a ser mortal ( sepsis ). Este tipo de infecciones, entre otras, se consideran infecciones “complicadas”. En ocasiones también se puede observar el acúmulo de pus en un riñón, que se conoce como absceso renal .
¿Qué síntomas produce la infección de orina?
En los adultos ocasiona síntomas diferentes en función del lugar de la infección.
Infección de vías bajas (cistitis):
·Urgencia miccional: necesidad de evacuar rápidamente la orina desde que se inicia la sensación de tener ganas de orinar
·Molestias al orinar como dolor o escozor en la uretra, o dolor en el bajo vientre durante o después de la micción
·Ganas de orinar frecuentemente, pero con emisiones de orina escasas, no voluminosas. Incluso sensación de ganas de orinar aunque la vegija esté vacía.
·Orina turbia o maloliente
·Sangre en la orina
Infección de vías altas (pielonefritis):
·Fiebre y/o escalofríos
·Dolor lumbar
·Náuseas y vómitos
Más allá de estos síntomas relacionados con el sistema urinario, la infección de orina también puede ocasionar síntomas en ancianos como la desorientación, el cambio conductual, irritabilidad, el agravamiento temporal de los síntomas de demencia si la tiene…
¿Cómo se diagnostica la ITU?
Inicialmente es necesario valorar la orina mediante diversas técnicas. Para analizarla, será necesario obtener antes una orina de calidad, lo más “limpia” posible, de la siguiente manera:
-Lo ideal es recoger la orina de primera hora de la mañana
- Lavar las manos y genitales externos con agua y jabón
-Retirar la piel del prepucio en el caso de los hombres o separar bien los labios mayores en el caso de las mujeres
-Recoger en el recipiente orina del chorro medio , es decir desechando la porción inicial y final de la micción
-Transferir al laboratorio la orina recogida en recipiente estéril
Una vez recogida la orina se analizará mediante:
1. Tira reactiva de orina y uroanálisis. La primera es un recurso fácilmente disponible en cualquier consulta, y con resultados inmediatos. El segundo tiene unos objetivos parecidos pero se realiza ya en laboratorio. Estas pruebas nos indican si hay células de las defensas (leucocitos) en la orina, o desechos de los propios gérmenes (nitritos). Si se observan leucocitos o nitritos en orina, la principal sospecha es de ITU y se procederá a realizar un cultivo de orina.
2. Gram y cultivo de orina . El gram es una técnica microbiológica que tiñe los gérmenes y permite en poco tiempo observar al microscopio si se encuentran gérmenes, en qué proporción y sus principales características, lo que nos orienta a cual podría ser el agente causal. El cultivo consiste en coger muestra de orina y unirla a un medio de cultivo (entorno y alimento para los microorganismos que permite que éstos se desarrollen), dejar pasar unos días para que las bacterias se multipliquen y poder observarlas y determinar de qué bacteria se trata.
3. Antibiograma : sobre los cultivos realizados se testan los antibióticos más utilizados y se puede determinar si el germen causante es sensible a uno u otro antibiótico, de cara a escoger el tratamiento más adecuado.
Dependiendo de la gravedad de la infección, de los antecedentes del paciente, y de otros factores, se decidirá la necesidad de otras pruebas como análisis de sangre o pruebas de imagen para valorar el estado de todo el sistema genitourinario.
¿Cómo se trata una ITU?
El tratamiento varía en función de si se trata de infección en hombre o mujer, la presencia de embarazo, la edad, si lleva una sonda vesical permanente…Pero se basa siempre en la terapia antibiótica . En mujeres jóvenes previamente sanas, con cistitis suele ser suficiente un tratamiento más corto (tres días o bien una dosis única). En caso de pielonefritis o infección que afecta a varones, embarazadas o con factores de riesgo de presentar una complicación, el tratamiento suele prolongarse como mínimo una semana , y puede ser necesario que el tratamiento se realice de forma endovenosa y con ingreso hospitalario.
Si tu médico sospecha que padeces una infección urinaria, puede pautar un tratamiento antibiótico inicial tras la realización de una tira de orina en la consulta y mientras se espera el resultado del resto de pruebas . Según el resultado de estas es posible que durante el tratamiento se tenga que hacer algún cambio de antibiótico.
En función del caso, tras la recuperación hará falta cultivar de nuevo la orina para cerciorarse de que la infección ha desaparecido.
¿Cómo se puede prevenir la aparición de una ITU?
Existen algunos hábitos higiénicos y nutricionales que ayudan a prevenir las ITUs.
Por ejemplo la ingesta adecuada de líquidos facilita el recambio de orina frecuente en la vejiga, y dificulta que las bacterias se asienten y causen daño. Es preciso para ello también no pasar largos períodos sin orinar .
En cuanto a las normas higiénicas la higiene personal es importante, y en el caso de mujeres jóvenes sexualmente activas se recomienda realizar una micción tras las relaciones sexuales y una correcta higiene genital tanto en la mujer como en el varón , prestando especial atención al esmegma y los restos de suciedad presente bajo la piel del prepucio.
En cuanto a la higiene genital tras ir al baño, se recomienda en las mujeres limpiarse con papel desde delante hacia detrás , para evitar que los gérmenes presentes en las heces accedan a la uretra. Esto es especialmente importante para las niñas, que acaban de dejar el pañal y están aprendiendo a utilizar el wc.
Se debe minimizar el uso de duchas vaginales, aerosoles o talcos en la zona genital.
El consumo de algunos alimentos, como los arándanos , se han relacionado históricamente con la prevención de infección de orina, sobre todo en mujeres jóvenes con infecciones recurrentes. Los arándanos en forma de zumo o de preparados en polvo, inicialmente se creyeron eficaces en prevenir las reinfecciones, pero recientemente una actualización sobre el tema ha concluido que no se puede considerar eficaz y por tanto no puede ser una recomendación general, por el momento. Probablemente se requieren más estudios sobre el tema.
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