PROTECCIÓN SOLAR EN ADULTOS TRAS EL CONFINAMIENTO
Los problemas que la luz solar ocasiona sobre la piel

Durante el invierno, y más aún en este período de confinamiento que hemos vivido, la piel se ha expuesto poco al sol. Esto favorece que en primavera aparezcan en la piel diversos problemas derivados del contacto de nuevo con la luz solar. La piel poco bronceada contiene una menor cantidad de pigmento melanina, barrera natural (aunque insuficiente) a la irradiación solar . En ese momento en que la piel es más pálida, las células cutáneas son más susceptibles a los daños ocasionados por el sol. Incluso el bronceado intenso en personas de piel clara solo protege escasamente contra los rayos solares, lo que equivaldría a usar una crema con factor de protección solar (FPS) de 4.
La luz solar contiene, entre otros, los rayos ultravioletas A y B. Los UVB llegan en menor medida hasta nuestra piel (un 90% se absorbe en la atmósfera y además no atraviesan el vidrio, por lo que no alcanzan la piel si se toma el sol a través de una ventana). Los UVA son los que llegan en mayor proporción a la superficie terrestre y por ende a nuestro organismo.
Los problemas que la luz solar ocasiona sobre la piel son variados. Van desde el típico eritema (enrojecimiento de la piel o quemadura ), pasando por el envejecimiento de la piel o las manchas , hasta el temido cáncer de piel (melanoma y otros). Usar protección solar disminuye el riesgo de estas afecciones y el empeoramiento de otras enfermedades preexistentes.
Hay que tener en cuenta que un 80% de la radiación solar atraviesa una nubosidad poco densa , y la neblina puede incluso aumentar la exposición a los UV. En altitudes elevadas la reflexión en la nieve puede producir quemaduras incluso en invierno. La radiación UV se acumula a lo largo del día, con lo cual realizar descansos periódicos al tomar el sol no evita las quemaduras.
FORMAS DE PROTEGERSE DEL SOL
·La principal medida es evitar exponerse en las horas en las que los rayos solares inciden sobre la superficie terrestre de forma más vertical ( entre las 12 del mediodía y las 5 de la tarde ).
·En casos en que la exposición sea inevitable, usar sombrero y ropas de manga larga ayuda a exponer la menor cantidad de piel posible.
·Con el calor esto se vuelve más complicado y una buena alternativa es utilizar crema de protección solar. Las cremas de protección solar crean una barrera física entre los rayos solares y nuestras células epidérmicas.
CÓMO UTILIZAR LAS CREMAS DE PROTECCIÓN SOLAR
Existen diferentes formatos de aplicación (tubo de crema, spray, loción…) que podemos elegir en función de la preferencia de cada uno, pero hay unas normas básicas que se deben seguir al utilizarlas.
Deben aplicarse 30 minutos antes de la exposición , y deben irse repitiendo más o menos frecuentemente en función del tipo de exposición, nuestro tipo de piel y el tipo de protector que utilizamos. Si el protector tiene un factor de protección solar (FPS) alto, mayor protección confiere. En épocas frías en las que la exposición no es muy intensa y en pieles poco sensibles, puede ser suficiente una crema con factor de protección solar 15. Pero en primavera y verano, se exigen protecciones más altas, como un factor de protección solar 30, o hasta 50 o más en pieles fotosensibles y en los niños. En los niños menores de 6 meses debe evitarse siempre la exposición directa a la luz del sol. Algunas cremas están testadas a partir de los 3 meses de vida, pero no protegen si hay sudoración o se baña al bebé.
Se debe repetir la aplicación como mínimo cada 2h , y después de cada baño. Aunque lo ideal es limitar las horas de exposición en la medida de lo posible.
ESCOGER UN PROTECTOR SOLAR
La decisión de qué tipo de protector utilizar depende principalmente de:
- la zona en el que vivimos (por el índice UV)
-nuestro fototipo (tipo de piel, tolerancia al sol)
-la edad
España tiene un índice UV con una categoría de exposición solar moderada a alta . Esto implica la recomendación de cubrirse con ropas y sombrero durante las horas de mayor exposición solar.
El fototipo de cada piel nos indica la facilidad que tenemos para quemarnos o broncearnos tras la exposición solar, va del fototipo I al VI:
Los fototipos más bajos requerirán factor de protección solar 50 o superior y los más altos pueden protegerse con factores más bajos.
Como hemos dicho anteriormente los niños requieren siempre factor de protección solar 50 o más , los que popularmente se conocen como pantalla total, que protege de alrededor del 98% de los rayos solares que llegan a la piel. La radiación recibida durante la infancia determina el riesgo de sufrir melanoma maligno (cáncer de piel que puede ser mortal) en la edad adulta o más raramente, durante la infancia.
RECOMENDACIONES PARA ESCOGER UN PROTECTOR SOLAR EN ADULTOS:
-Que sea de amplio espectro : es decir que cubra tanto los rayos UVA como los UVB.
-Que tenga un FSP de 30 como mínimo , o superior si su fototipo de piel es bajo.
-Que sea resistente al agua . Estos suelen durar entre 40 y 80 minutos mientras se está nadando o sudando, pero hay que volverlos a aplicar pasado ese tiempo o al salir del agua.
CONCLUSIÓN
La protección solar tiene un papel importante en la promoción de nuestra salud, principalmente en verano, en fototipos bajos y en edades tempranas. Pero se requiere en cualquier edad y época del año, adaptándola a cada situación particular. La baja exposición solar que hemos tenido este invierno y primavera a causa del confinamiento, hace que nuestra piel esté menos bronceada y sea especialmente sensible al sol, por lo que hay que protegerla más que nunca.
