Me han dicho que tengo diabetes, ¿y ahora qué?
La diabetes mellitus es una enfermedad que diagnosticamos frecuentemente y constituye una de las epidemias de este siglo

Los médicos de familia que trabajamos en Atención Primaria atendemos en consulta personas de perfiles muy diferentes y por ello, patología muy diversa.
La diabetes mellitus es una enfermedad que diagnosticamos frecuentemente, habitualmente diabetes mellitus tipo 2 (DM2), la cual constituye una de las epidemias de este siglo y en la que nos centraremos a continuación.
Cuando nos referimos a DM2, hablamos de una enfermedad habitualmente silente y presente de manera asintomática entre 3-4 años antes de ser diagnosticada.
La DM2 se caracteriza por ser una enfermedad en la cual, el nivel de glucosa o azúcar en sangre , lo que en la jerga médica se denomina glucemia, se encuentra elevada; l os niveles normales de glucemia son los que están por debajo de 100 mg/dl en ayunas.
Para que una diabetes produzca sintomatología típica de poliuria (orinar mucho), polidipsia (sed), polifagia (comer mucha cantidad de alimento) y pérdida de peso , los valores de glucemia deben sobrepasar de manera continuada la cifra de 250-300 mg/dl
Las personas con DM2 no tienen síntomas ni dolor habitualmente, lo cual agrava aún más la situación originada por la enfermedad, ya que no les limita para su vida habitual ni supone motivo de consulta. Pero, que no produzca síntomas no significa que este nivel elevado de glucemia (denominada hiperglucemia) no vaya perjudicando diferentes órganos vitales del cuerpo.
La diabetes es mucho más que “un poco de azúcar en sangre”: es una enfermedad compleja y que engloba otros factores de riesgo cardiovascular, que de manera conjunta pueden causar complicaciones, empeoramiento de la calidad de vida, y finalmente la muerte.
Habitualmente las personas con DM2 suelen asociar otras enfermedades como hipertensión arterial, niveles elevados de colesterol y triglicéridos, sobrepeso y obesidad, aumento de grasa a nivel de vísceras como el hígado, etc…
La DM2 es causante de insuficiencia cardíaca, de enfermedad renal crónica (principal motivo de diálisis en nuestro medio), de pie diabético (causante de amputación no traumática de extremidades inferiores), de retinopatía (causa de ceguera en adultos en nuestro medio) y de múltiples eventos cardiovasculares como infarto de miocardio o accidente cerebrovascular (ACV), entre otras complicaciones.
Tras el diagnóstico, y conociendo todo lo previamente descrito, los pacientes se plantean si hay algo que se pueda hacer o si este constituye el principio del fin: el momento del diagnóstico es el momento del cambio, de posibilitarnos otras opciones de vida, de corregir aspectos mejorables de nuestra vida y de comenzar algo nuevo.
Aspectos importantes a trabajar con el paciente tras el diagnóstico de DM2 son:
1. Alimentación : se debe tener en cuenta que la DM2 está íntimamente relacionada con la presencia de sobrepeso/obesidad y esto depende también de la pauta de alimentación que realicemos. Hay varios patrones alimenticios que han demostrado beneficio en el control de peso y de la propia diabetes, entre ellas, la denominada dieta mediterránea. Puede ser útil para complementarla utilizar el “método del plato” para disminuir la cantidad de ingesta diaria.
2. Ejercicio físico : en la misma línea, y con el objetivo de perder peso, ganar fuerza y elasticidad, es interesante realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio de intensidad moderada. Debemos comenzar paulatinamente y practicar ese ejercicio que nos guste y que nos atraiga. Lo complementaremos con ejercicios de fuerza y de elasticidad. Como consejo general, se podría plantear realizar todos los días 60 minutos de la actividad elegida.
3. Abordaje de esfera biopsicosocial : a nadie se nos escapa que el diagnóstico de una enfermedad crónica y que requiere cuidados de manera continuada, no deja de ser un “peso” y motivo de preocupación y limitación en determinados momentos. Las personas con diabetes tienen más frecuentemente ansiedad y depresión, lo cual dificulta más el autocuidado y empeora el control de la enfermedad. Debemos buscar activamente la presencia de estos condicionantes.
4. Fármacos : complementan la base del tratamiento en diabetes que conforman la alimentación y el ejercicio físico; la diabetes mata principalmente por patología cardiovascular; por ello es importante controlar el nivel de glucemia pero también el resto de factores de riesgo cardiovascular que tenga la persona. Disponemos de fármacos que han demostrado prevenir eventos cardiovasculares a la vez que controlan la glucemia y el resto de factores. Adaptar los fármacos a cada paciente es imprescindible. No vale todo para todos.
5. Trabajo en equipo : el paciente y el profesional sanitario de confianza son una unidad y trabajan en equipo. La educación diabetológica continuada, el empoderamiento del paciente y el apoyo incondicional del facultativo deben estar presentes en el continuum de la enfermedad.
Cada tipo de diabetes y cada diabetes son diferentes, al igual que lo somos las personas.
Nuestro objetivo es ayudar al paciente a vivir con diabetes y no condicionado por ella.
