TENGO DIABETES, ¿y ahora que?
La diabetes es una enfermedad que muy habitualmente va acompañada de otros factores de riesgo cardiovascular.

Hace unos días compartíamos con vosotros datos necesarios a conocer cuando nos diagnostican una diabetes mellitus , concretamente diabetes mellitus tipo 2 (DM2), la más frecuente en las consultas de Atención Primaria.
Cuando hablamos de esta enfermedad, es inevitable pensar inmediatamente en que lo más importante es controlar la glucosa que está elevada. Y así es, este es uno de los principales objetivos de control en la persona con diabetes, pero no el único.
El motivo de afirmar esto es debido a que la diabetes es una enfermedad que muy habitualmente va acompañada de otros factores de riesgo cardiovascular (FRCV). Es bastante infrecuente encontrar a una persona que sólo tenga diagnosticada una diabetes sin que ésta asocie otras patologías.
La hipertensión arterial (HTA), la dislipemia (elevación de colesterol y/o triglicéridos), el sobrepeso u obesidad , el tabaquismo , la hiperuricemia , etc… son un grupo de factores de riesgo cardiovascular muy afines a la diabetes.
Cuando hablamos de riesgo cardiovascular (RCV) nos referimos al riesgo que presenta una persona de sufrir un evento como un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular u otro evento de afectación vascular en un determinado período de tiempo.
La diabetes per se, es motivo de aumento de riesgo cardiovascular. Imaginad si a ella se asocian otros factores como la HTA, la dislipemia o el tabaco. El riesgo cardiovascular (RCV) del paciente se multiplica de manera descontrolada.
Por ello, cuando valoramos a cada persona con diabetes, debemos hacerlo de manera pormenorizada y revisar con mucho detenimiento la presencia de otros FRCV y controlar éstos al igual que controlamos el nivel de glucemia.
A continuación, repasaremos los principales FRCV que acompañan a la DM2 y las cifras objetivo recomendadas; eso sí, nunca olvidar que estas cifras son generales y que siempre deben personalizarse según cada paciente y por supuesto, el facultativo dirige al objetivo a alcanzar en cada caso.
Hipertensión arterial (HTA) : se recomiendan cifras por debajo de 140/90 mmHg (<140/90), salvo en determinados casos, en los que sean preferibles cifras cercanas a 130/80 mmHg (< 130/80, sobre todo en pacientes de alto riesgo cardiovascular). Como consejo general, recordar, que es interesante medir las cifras de tensión arterial en domicilio utilizando para ello un tensiómetro bien calibrado, y siempre consultar en caso de duda si objetivamos cifras que no son las recomendadas.
Hipercolesterolemia y/o hipertrigliceridemia : las personas con DM2 suelen presentar un perfil lipídico característico con colesterol-LDL elevado y colesterol-HDL bajo, entre otras características. El objetivo fijado se centra en el control del c-LDL que deberá estar por debajo de 100 mg/dl (aunque en determinadas personas que han sufrido ya algún evento cardiovascular se fijarán cifras más estrictas por debajo de 70 mg/dl o inferiores).
ü Sobrepeso u obesidad : ambos son FRCV íntimamente ligados al desarrollo de la DM2 y con mucho peso específico en el buen o mal control y evolución de la patología. El objetivo debe ser la búsqueda del normopeso, es decir, el intento de conseguir y mantener un peso adecuado a la estatura del paciente, recomendándose un “Indice de Masa Corporal” (IMC) menor a 25 kg/m².
Antiagregación : la famosa “aspirina” o ácido acetilsalicílico (clopidogrel en personas alérgicas) deben tomarla determinadas personas con DM2 y otros FRCV que así lo requieran. Hace un tiempo se prescribía de manera generalizada, pero en la actualidad conocemos mejor los perfiles de personas que deben y los que no tomarla. Nunca obviar los posibles efectos gastrointestinales que puede generar, y por ello, sólo tomarla si hay indicación clínica y recomendación, según riesgo/beneficio.
Tabaquismo : totalmente contraindicado en cualquier persona, pero de manera particular en las que tienen DM2 por su efecto deletéreo a nivel cardiovascular. El tabaco mata y mata más a las personas con diabetes. Por ello, el objetivo único debe ser la abstención tabáquica.
Controlar todos estos FRCV puede implicar la toma de uno o varios fármacos, siempre con el objetivo de disminuir el riesgo cardiovascular de la persona con DM2, pero nunca ningún fármaco sustituirá al más potente e imprescindible para un buen control de toda patología de estas características: un estilo de vida saludable que incluya una pauta de alimentación y ejercicio adaptados a cada persona y cada momento vital.
Y el control de estos FRCV precisa una reevaluación continuada de las cifras objetivo, de los fármacos, de los posibles efectos secundarios, de la adherencia a la pauta farmacológica, etc… Esto es mucho más que tomar una pastilla y listo.
Nuestro principal objetivo es cada persona: debemos realizar siempre un traje a medida e ir haciendo los reajustes precisos según las circunstancias que vayan surgiendo. Para ello, el feedback médico-paciente debe ser fluido y continuado: está en juego nuestra salud y por ello, debemos trabajar en equipo